Rockefeller John D.

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8 julio 1839 – 8 julio 1839

John Davison Rockefeller. (8 de julio de 1839 – 23 de mayo de 1937) fue un empresario e industrial estadounidense, que se desempeñó en el mundo de la industria petrolera, llegando al punto de monopolizarla. Fue el fundador y presidente de Standard Oil, una gigantesca compañía que llegó a controlar, la extracción, refinación, transporte y distribución de más del 90% del petróleo de Estados Unidos y sostuvo monopolios enteros en inversiones en múltiples países extranjeros. En un período de más de cuarenta años, Rockefeller consolidó a la Standard Oil como la compañía petrolera más grande del mundo.

Sus logros empresariales son tan magníficos como controvertidos, mediante astucia, ingenio, dedicación y pocos escrúpulos, ascendió en el mundo empresarial, levantó un extenso imperio que se extendió a tal punto que ninguna otra empresa en la historia ha logrado alcanzar hasta hoy en día. Señalado por sus prácticas monopolistas, fue denunciado por periodistas e investigadores y a la larga el gobierno de los Estados Unidos, tuvo que enfrentarlo, logrando llevarlo ante los tribunales y consiguiendo tras años enteros de litigaciones que se dictara la separación de la gigantesca petrolera de Rockefeller, separación que, inclusive, tardó mucho más tiempo después de dictada, en materializarse.

Es considerado como el hombre más acaudalado de la historia mundial y es el fundador de la mítica familia de millonarios que aún persiste hoy en día, con el mismo apellido.

John Davison Rockefeller nació en Nueva York en 1839, en una familia de clase media descendiente de inmigrantes alemanes llegados a Estados Unidos en 1733.

Rockefeller, incluso ya desde joven mostraba interés por los negocios. De hecho, el recolectaba piedras para pintarlas y luego venderlas a sus compañeros, cuyos pagos depositaba en un frasco azul, que él mismo denominó más tarde como su primera «caja fuerte», que guardaba celosamente en su habitación, logrando a la larga amasar la pequeña fortuna de US$ 50, que para la época representaba una suma de de dinero considerable. Rockefeller alega que fue entonces cuando pudo aprender una de las lecciones más valiosas de su vida, cuando un día un amigo de su padre fue a su casa a pedirle al mismo un préstamo para saldar un par de deudas que estaban por vencerse. Su padre no tenía el dinero, pero él sí, y acordó prestármelo con un interés del 7%. Rockefeller posteriormente se sorprendería cuando tras un año recibió una suma monetaria muy superior a la que había dado originalmente, así él estableció la máxima de su vida:

«No trabaje por el dinero, deje que el dinero trabaje por usted»

A los 16 años obtuvo su primer empleo en una empresa de corredores y comerciantes en granos, donde trabajó con general beneplácito sin fijarse en horarios, perdido en ese mar de cifras que tanto lo apasionaba.

Ya a sus 16 años, John Davison Rockefeller, era contador en Cleveland y se desempeñaba de forma excelente en el área, trabajando para la firma Hewitt and Tuttle y otras empresas, llegando al punto de que al tercer año ya ganaba 600 dólares anuales (una suma considerablemente alta, tomando en cuenta que el año era 1857). Eventualmente decidió instalar un negocio por cuenta propia. Tenía ahorrados US$ 800 dólares, pero aún le faltaban otros 1000 para crear su primera firma de corretaje. Su padre se lo adelantó con un interés anual del 10%, hasta que alcanzara la mayoría de edad. Así fundó con su socio M.B. Clark, la firma Clark & Rockefeller, que obtuvo, el primer año, ganancias por U$S 4.000 y en el segundo cuadruplicó la suma.

Entonces comenzó a invertir en el sector cafetalero, con lo cual aumentó aún más sus ingresos, pero a pesar de la gran cantidad de dinero que ganaba, Rockefeller no se sentía complacido, deseaba llegar mucho más lejos y estaba decidido a lograrlo.

La inconformidad de Rockefeller respecto a sus logros y a la producción de su firma, así como su percepción de que la industria petrolera, le brindaría más oportunidades, lo llevaron a ingresar al sector industrial, en lo producción petrolera, John Davison Rockefeller era ahora, un joven y acaudalado entusiasta en el sector petrolero, pero ninguna persona en aquel mundo se imaginaba que la ambición e inteligencia de este joven lo llevaría a crear el más grande monopolio de todos los tiempos y justamente sobre aquella, tan importante industria.

En 1862, Rockefeller, con sus ahorros y ganancias de su firma cafetalera, pasó a ser socio de la Clark & Andrews, que comenzó instalando sus refinerías y en cuestión de muy poco tiempo comenzó a adquirir otras refinerías en Cleveland, actividad que continuó hasta apropiarse de forma de definitiva de gran parte de las refinerías petrolíferas de la ciudad.

El estallido de la Guerra Civil en 1861 fue la llave de su fortuna. Dos años antes, con la perforación del primer pozo de petróleo, comprendió que podía hacer más fortuna con su transporte y refinación que con la explotación. Cuando en 1863 la compañía ferroviaria del Atlántico y el Oeste extendió su línea hasta Cleveland, poniendo esta ciudad en contacto directo con Nueva York a través de la región del petróleo, supo que había llegado el momento. Tenía 23 años e invirtió US$4.000 como socio comanditario en la nueva firma Clark, Andrews & Co. Las refinerías surgían como hongos en Cleveland y su entusiasmo por el oro negro lo hizo abandonar el comercio de granos. Al negarse su socio Clark a la expansión de la firma (lo atemorizaba el pasivo de US$ 100.00), decidieron subastar la empresa. El 2 de febrero de 1865, la compañía salió a la venta, las apuestas subieron rápidamente, Clark, decidido a quedarse con la firma, ofreció 72.000 dólares. Rockefeller, imperturbable, retrucó con 72.500 dólares y se quedó con la compañía. El negocio, que en adelante se llamaría Rockefeller & Andrews, era la mayor refinería de Cleveland, con una capacidad de 500 barriles por día y ganancias de un millón de dólares por año, que se duplicarían al año siguiente.

Para el momento Rockefeller se decía que sólo tenía que mostrarles a sus competidores su cartera de inversiones y propiedades, para que estos decidieran venderle o negociar con él, de lo contrario podrían estar seguro que Rockefeller se encargaría de quebrarlos y llevarlos a la bancarrota, después de todo, él dejaba muy claro su visión con la frase:

«La competencia es un pecado, por eso procedemos a eliminarla»

Su próximo paso fue negociar con el ferrocarril tarifas preferenciales, y ese descuento fue una arma esencial para fundar, en 1870, una nueva sociedad, con 1 millón de dólares de capital: la Standard Oil, que absorbió a la empresa Rockefeller & Andrews, que venía de una rápida expansión, en el año 1870 y debido a que la Standard Oil, había sido creada por Rockefeller, su hermano William y varias personas más, Rockefeller pasó a liderar la compañía.

Ahora John Davison Rockefeller, controlaba una vasta red de refinerías, además como él mismo había determinado que el negocio del petróleo podría generar ganancias desde más de un enfoque, llevó a la compañía a desarrollar sistemas de extracción y transporte del crudo, controlando así todos los aspectos de la producción petrolera.

En 1870, Standard Oil refinaba un cuarto de toda la producción de petróleo del país, y eliminando paso a paso la competencia, la Standard Oil se convirtió en un poderoso monopolio, que refinaba el 95% de la capacidad total del país.

John Davison Rockefeller se encargó de expandir la presencia de Standard Oil, hacia todo el país. Instalando o comprando, su objetivo era dominar la industria. En 1878 Rockefeller controlaba el 90% de las refinerías de petróleo de Estados Unidos y poco después ejercía un monopolio de los canales de distribución.

Ahora Rockefeller era, para fines prácticos «el dueño de la industria petrolera de Estados Unidos» y ya nada podía cambiarlo.

Tras la movida que había realizado, Rockefeller había instaurado su poder sobre la industria petrolera, pero ahora deseaba afianzarlo de forma total. Para ello decidió proceder a la creación de la Standard Oil Trust. Ésta sería una especie de extraordinario holding empresarial que concentraría diversas inversiones en el mundo del petróleo y los combustibles, no sólo en Estados Unidos sino en variedad de otros países del mundo.

La idea de Rockefeller se materializó en 1882, creándose así la Standard Oil Trust, que fue el primer monopolio del mundo, abarcando todo la industria petrolera estadounidense, controlando los procesos de extracción, refinación, transporte, distribución y venta de todos los productos derivados del 90% de todo el petróleo de Estados Unidos y sosteniendo operaciones, inversiones y actividades en decenas de otros países.

Este fue el epítome de la extraordinaria carrera empresarial de Rockefeller, que ahora era el hombre más acaudalado de Estados Unidos y posiblemente del mundo.

Ya a finales de la década de 1880, el gobierno de los Estados Unidos, estaba centrando su atención en el inmenso desarrollo del sector privado del país, para el momento, norteamérica estaba decidida a reglamentar al mismo, para permitir el desarrollo equilibrado y justo de las inversiones y las compañías, buscando establecer la libre competencia, en un país donde tal cosa no existía. Por supuesto, para llevar a cabo tal proyecto de reforma, era necesario demostrar que no se permitirían monopolios y la única forma de probarlo era suprimiendo al más grande y poderoso de todos, la Standard Oil, que gracias a la Standard Oil Trust, a sus múltiples inversiones y a su dominio de la industria, controlaba casi en su totalidad al petróleo estadounidense y a gran parte del petróleo del mundo.

De esta manera, el gobierno se alistó para enfrentar al hombre más poderoso de Norteamérica, Rockefeller, y llevarlo ante los tribunales.

Finalmente, se planteó el caso ante el Tribunal Superior de Justicia de Ohio, que decretó a la Standard Oil Trust como un monopolio ilegal y ordenó su disolución. La decisión fue apelada por Rockefeller pero falló. Aun así, con todo y las exigencias de la corte, el monopolio no se disolvió como tal hasta 1899. En 1911 la empresa se dividió en 37 diferentes corporaciones por orden del Tribunal Superior de Justicia de Estados Unidos, que consideró a la compañía demasiado grande y poderosa en la industria como para continuar compacta. Aun así Rockefeller continuó manteniendo el 30% de las acciones de todas esas compañías y su familia continuó manteniendo la mayoría del resto de las acciones, por lo cual su fortuna no se vio afectada.

Cabe destacar que de hecho, el listado de empresas, que surgieron como descendientes de la Standard Oil, hoy en día son las principales compañías petroleras no sólo de Estados Unidos sino del mundo, contándose en la lista compañías como la Exxon Mobil, que es la multinacional petrolera más grande del mundo, la compañía Chevron, que es otra de las grandes multinacionales petrolíferas, también está la ConocoPhillips, la Amoco, que fue absorbida por British Petroleum en el año 2000 y la Standard Oil of Ohio.

En vista del renombre que poseen estas compañías hoy en día, no es difícil imaginar cuán poderoso fue el monopolio que ejerció Rockefeller y cuán extenso resultó, dado que todas estas son empresas que nunca faltan en ningún listado de corporaciones de gran importancia.

Se estima que la fortuna personal de Rockefeller llegó a alcanzar más de 600 mil millones de dólares al cambio actual. Poseyendo múltiples propiedades residenciales. Su residencia principal en Nueva York, era la más lujosa y extensa de todas, teniendo nueve plantas. Además entabló inversiones en variedad de otras entidades, financieras y productivas.

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